sábado, 23 de mayo de 2009

Igual Que Un Árbol



“He notado que las personas siempre sobreestiman lo que no son y subestiman lo que si son”
Jean Paul Getty.


¿De dónde venimos?... Esta pregunta siempre hace que se me revuelva el estomago. Es precisamente nuestra infinita vanidad. Esa que nos hace pensar que somos divinos y que el mismísimo creador del universo es igualito a Morgan Freeman la que también nos hace preguntarnos de dónde venimos: “Soy tan hermoso y agraciado que no puedo ser hijo de estos vulgares señores, les preguntaré quienes son mis verdaderos padres y seguramente resultaré hijo de un rey o un ángel”.
No venimos de ningún lado, es tan obvio. Hemos brotado de aquí mismo, tal como un árbol. Piensa que eres casi ochenta por ciento agua. El ochenta por ciento de lo que eres ha corrido bajo la tierra por grutas y cavernas; ha sido rio y ha sido mar y también ha estado en el cielo. Tus huesos están formados del mismo calcio de las rocas con las que se construyeron las pirámides, y el oxigeno que en este momento infla tus pulmones, ayer llenaba a los animales de la sierra. Estás compuesto de carbono, la materia prima del universo. Eres químico como las plantas, eres eléctrico como el rayo. Lo mismo que te compone a ti, compone a las estrellas y a los cometas.
Y ya que te gusta tanto aferrarte a la idea de ser divino: piensa que precisamente por todas esas cosas que te componen y por todos los procesos que se dan en ti, siempre has estado aquí, desde el principio de todo, y nunca te vas a ir; todo el universo esta dentro de ti y tú en todo el universo.

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