lunes, 18 de mayo de 2009

I Want to Believe



Hace poco veía en la tele a un cuate que daba las gracias a un santo -la verdad no me acuerdo cual- digamos San Régulo, por haber sanado a su mamá de un cáncer. Decía que durante cuatro años la señora había estado en tratamiento con uno de los mejores especialistas de México. Contaba con detalle todos los sufrimientos y sacrificios de la familia que se había visto obligada a vender una casa para pagar ese tratamiento, y finalmente, una operación muy delicada en una clínica particular de la ciudad de Monterrey.
Después de especialistas, tratamientos, operaciones y bienes raíces, él y toda su familia esperaron, rezando, los resultados de todo aquello. Al final y luego de que la señora siguiera un estricto régimen alimenticio y medicinal después de la operación, fueron a checar los últimos resultados de los exámenes de su mamá y he aquí el milagro de san Regulo: El cáncer había desaparecido.

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